Los retos de la educación al futuro
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La historia de nuestro país, pasada y reciente, siempre nos ha recordado la urgente necesidad de aprender de aquello que vivimos, de reconocer y valorar nuestras diferencias, de tender puentes para acercar puntos de vista que pueden parecer irreconciliables. Estas necesidades, se han convertido en un grito de auxilio que no hemos sido capaces de escuchar (o que no hemos querido atender).
Por: Marcos Guevara Jordán - Docente y tutor de secundaria del Áleph School
Por ello, desde la escuela, es vital apostar por la formación de ciudadanos responsables, críticos, creativos, innovadores, éticos, respetuosos de las diferencias, que contribuyan a construir una sociedad justa, equitativa, solidaria, democrática.
¿Cómo hacerlo? Durante mucho tiempo la escuela lo ha intentado. Hubo una época en que la enseñanza de la Educación Cívica se centraba en la memorización de información, la identificación y dibujo de los símbolos patrios, la lectura de la Constitución Política del Perú, el reconocimiento de los héroes nacionales o la preparación para el desfile cívico-patriótico, entre otras actividades. Sin embargo, nada de ello nos aseguró la formación en ciudadanía, la cual debe concretarse en acciones, disposiciones, actitudes y compromisos; todo lo cual se desarrolla ofreciendo a los estudiantes oportunidades de reflexión, análisis crítico, participación, deliberación y acciones concretas para promover el bien común.
El año pasado, los estudiantes de 5to de secundaria del colegio Áleph realizaron un proyecto de investigación sobre el periodo de violencia vivido en nuestro país entre los años 1980 y 2000. Planteamos esta investigación acercándonos a quienes vivieron y sufrieron esta etapa tan dolorosa para nuestro país. Los estudiantes se aproximaron de manera sensible, respetuosa y reflexiva a aquello que sigue produciendo tanto dolor en muchos peruanos y peruanas. Se acercaron a las diversas voces y memorias analizando fotografías, películas, documentales; conocieron historias de vida para hacer el esfuerzo de comprender una situación tan compleja; conversaron con sus familias, que vivieron directamente los sucesos causados por la violencia terrorista; reflexionaron acerca del significado de esta etapa de nuestra historia gracias a los espacios que nos ofrece el Lugar de la Memoria y la Reconciliación (LUM). Todo ello, acompañado de mucha reflexión y de un permanente diálogo.
Aprovechando el contacto establecido con el LUM, propusimos que los chicos y chicas realicen una contribución en ese espacio, plasmando el resultado de sus aprendizajes y con el propósito de generar reflexión en los visitantes que día a día recorren los espacios del museo. Ello representaba un desafío enorme para los estudiantes de 5to de secundaria. ¿De qué manera podían plasmar su proceso de aprendizaje a través de una instalación que ofrezca a los asistentes una oportunidad para sentir, reflexionar sobre nuestro pasado y proyectarse al futuro?
Veintidós estudiantes se involucraron en la tarea de diseñar y construir algo juntos. Nos encontramos con muchos puntos de vista diferentes y variedad de formas de plasmar los resultados de su investigación. El grupo se tuvo que enfrentar a la situación de tener que dar pasos hacia atrás para reformular sus propuestas. Fue un camino largo; de esos caminos cuyo andar puede generar la duda si se podrá llegar a la meta. Pero los maestros estamos seguros de que los chicos y chicas comprendieron que no debemos dar tregua al desánimo, que es fundamental trabajar en equipo para lograr nuestros propósitos y que la diferencia puede ser un valor y no un obstáculo.
Luego de un largo proceso de investigación, análisis, debate y reflexión, los estudiantes trabajaron diversas propuestas y seleccionaron una que representaría a todo el salón, la cual debía ser sustentada ante diversos especialistas del LUM. Esto suponía trabajar para explicar con claridad tanto el fondo como la forma de su propuesta, poner en práctica su capacidad de argumentación, escuchar y acoger la retroalimentación obtenida y hacer las modificaciones a partir de esta.
La propuesta final fue denominada “Relieves” y consistió en ofrecer una experiencia inmersiva al final del recorrido del museo, compuesta por capas de telas traslúcidas con diferentes tipos de aberturas, las cuales generaban caminos diversos para llegar a la última tela, la cual ofrecía una gran abertura que permitía encontrarse con el horizonte y la vista limpia del nuestro mar.
La intervención creada por los estudiantes buscaba reconocer los diversos caminos por los cuales nuestros compatriotas han transitado esta etapa de violencia y terror. Una parte de nuestra historia que nos presenta múltiples capas, que a simple vista pueden ser traslúcidas, pero que no observamos con claridad y nos impide mirar al otro, a sus “verdades” y a sus propias historias; pero que, al final, nos invita a mirar al horizonte, a reencontrarnos con esperanza luego de reflexionar críticamente sobre nuestro pasado y sobre lo que nos depara el futuro. La obra nos mostraba que, para muchos, el recorrido ha sido – y sigue siendo- muy difícil y doloroso, marcado por pérdidas, injusticia, indiferencia; mientras que para otros, el camino ha sido más ligero. Una obra que nos invitaba a detenernos y tomar perspectiva sobre las diversas dimensiones, aristas y quiebres de nuestra historia reciente.
En este proceso de aprendizaje surgió una pregunta que les ayudaría a crear su intervención: ¿cómo comprender la historia respetando cada experiencia de vida y siendo conscientes de las diferentes perspectivas y puntos de vista que surgen al interpretar los hechos?
Este proyecto nos enseñó que la formación en ciudadanía se propicia mientras más oportunidades tengan los niños, niñas y adolescentes de desarrollar la capacidad de mirar críticamente su país, su localidad, su entorno cercano; mientras encuentren más espacios para participar, expresar lo que piensan y más aún, para contribuir a la reflexión sobre su realidad.
Ahora, más que nunca, tenemos que aprender de nuestros adolescentes, de su mirada atenta, acuciosa; de su energía creadora y su capacidad transformadora. El trabajo en conjunto con el LUM refuerza la idea de que el país requiere más sinergias entre las instituciones educativas y las del Estado.
En estos tiempos de crisis política y social, corrupción, injusticias y violencia, la escuela está llamada a brindar a los estudiantes oportunidades para ejercer plenamente sus derechos como ciudadanos, expresando lo que piensan, aportando al debate, generando propuestas. Así como la instalación que nos presentaron nuestros estudiantes, el camino va a ser difícil, pero mantengamos la esperanza que se verá el horizonte al final del recorrido.
Fuente: https://institutoeducaccion.org/la-formacion-ciudadana-desde-la-participacion/
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