Lima Metropolitana tiene cerca de 6700 colegios privados. La oferta educativa es amplia y de calidad muy variada; por eso, a la hora de escoger, los padres de familia sienten que se enfrentan a una decisión muy compleja. Para aliviar parte de esa carga, recogimos algunos consejos de los especialistas.
Antes de evaluar las opciones, lo primero que debemos pensar es que hay detrás del propósito de brindar una educación escolar sólida a nuestros hijos. Sabemos que para alcanzar el éxito en la vida adulta, los niños y las niñas deben llegar provistos de una “caja de herramientas” que combine capacidades y habilidades, además de una buena formación en valores.
Con esta afirmación como premisa, surgen algunos puntos claves para hacer la mejor elección:
Hoy, más que nunca, hablar otras lenguas abre una gran cantidad de oportunidades académicas y laborales. Por eso, es importante tener una currícula que incorpore un segundo idioma, y entre ellos, principalmente, el inglés. Asimismo, se debe considerar la forma en que se enseña esta lengua; ya que una metodología que motive al estudiante a aplicar el nuevo idioma a su día a día permitirá que se desenvuelva con más fluidez y solvencia que una que emplee un aprendizaje memorístico.
Es importante tener en cuenta la cantidad de niños y niñas por aula. La masificación del alumnado dentro de los salones de clase puede afectar el rendimiento. Además, un docente con menos estudiantes brindará una atención más personalizada y centrada en el desarrollo de las habilidades particulares de cada uno de ellos. Una clase adecuada debe tener máximo entre 20 y 25 alumnos. Además, en algunos casos, se cuenta con dos maestros por aula.
Podemos ver la elección del colegio como una especie de “matrimonio” con una institución. Después de todo, le estaremos delegando a la escuela parte importante de la educación de nuestros hijos. Por eso, es fundamental conocer y, en la medida de lo posible, poder compartir valores con el centro educativo.
Cabe preguntarse: ¿Sus enseñanzas y actividades están alineadas con nuestra forma de ver el mundo como padres? ¿Se promueve la empatía, el respeto, el trabajo colaborativo? ¿Queremos que se eduque a nuestros hijos e hijas en temas específicos como cuidado del medio ambiente, sensibilidad artística, innovación, diseño de soluciones? Mientras más afinidad haya, más coherencia percibirán los chicos.
No solo se debe ver al colegio como un todo, sino también es importante conocer a las personas a cargo de la educación directa de nuestros hijos. Los docentes son una pieza fundamental en el proceso de aprendizaje, deben ser inspiradores, motivadores y realmente conocedores de las materias que enseñan.
El tipo de perfil del egresado que promueve el colegio permite vislumbrar más allá del nivel de conocimiento que adquirirán nuestros hijos -ya que este debe ir alineado con la currícula nacional-, su actitud ante los retos futuros, las habilidades blandas y capacidades con que contarán, así como los valores que los sostendrán.
El hecho de que el colegio cuente con certificaciones de calidad o alguna acreditación internacional implica que este cumple con las exigencias internacionales en calidad educativa. Por eso, es un aspecto relevante al momento de elegir colegio.
Estudios recientes demuestran que la infraestructura contribuye a que el proceso de enseñanza y aprendizaje se desarrolle de manera eficaz y eficiente. Además de una buena ventilación, iluminación y material didáctico adecuado, debe haber espacios que estimulen el juego, la experimentación, la actividad física.
Como padres, debemos tener en mente que las niñas y niños aprenden mejor cuando se sienten cómodos y atendidos en sus necesidades sociales y afectivas. Por eso, elegir un buen colegio con una sólida formación, instalaciones flexibles, docentes capacitados y buenos valores es el primer paso para prepararlos para navegar en la incertidumbre y complejidades del mundo.