En una noche llena de emociones y recuerdos, el jueves 12 de diciembre se celebró con mucha alegría la clausura de la vida escolar de la 3era Promoción. Fue una ceremonia que nos conmovió profundamente, donde brillaron los discursos de varios de los estudiantes, con la luz de su orgullo, emoción y gratitud.
Cada palabra compartida reflejó la madurez, la identidad y la inspiración que han encontrado en los valores de Áleph. Pero, sobre todo, sus palabras nos mostraron el inmenso sentido de comunidad que han construido a lo largo de todos estos años, un lazo que trasciende el tiempo y que siempre los unirá, sin importar los distintos caminos que hoy emprenden.
Los estudiantes expresaron, con el corazón, el agradecimiento a los profesores y líderes académicos que, con su dedicación y cariño, dejaron huellas imborrables en sus vidas. No solo les brindaron conocimientos, sino también el cariño, la guía y el apoyo que los acompañará siempre.
Este acto de gratitud es el reflejo del vínculo tan especial que han formado con ellos, un vínculo que seguirá vivo en sus corazones.
Culminó la etapa en Áleph de nuestra tercera promoción, y nuevamente podemos reafirmar que la propuesta educativa de Áleph School ha sido clave para que nuestros estudiantes cuenten con las herramientas necesarias para construir una base sólida sobre la que seguirán alcanzando sus metas.
Cada uno de estos jóvenes, que han elegido caminos tan diversos como Derecho, Administración de Empresas, Diseño Gráfico, Relaciones Internacionales o Mecatrónica, ha demostrado la capacidad de pensar diferente, de seguir sus pasiones y de tomar decisiones valientes para su futuro. Algunos continuarán su camino en universidades del Perú y otros en el extranjero, pero todos llevan con ellos el sello de Áleph: la INTEGRIDAD. Esa cualidad que es mucho más que ser honestos, es vivir de acuerdo a lo que creemos, actuar con coherencia, generar confianza y respeto, y siempre tener el coraje de ser fieles a uno mismo. Esta integridad es lo que los hace especiales, y sabemos que será la luz que los guiará, inspirando a quienes los rodean a seguir su ejemplo.
Hoy nos despedimos físicamente de estos 20 jóvenes. Hoy se van de casa, pero eso no los aleja del lugar de donde nunca se irán: nuestro corazón.
Los extrañaremos mucho, ¡estamos orgullosos de ellos y sabemos que el futuro les depara cosas maravillosas!