¿Cómo desarrollar habilidades de lectura y escritura en casa?

Saber leer y escribir es fundamental para el desarrollo integral de las personas. Trabajar en estas formas elementales de comunicación mediante la aplicación práctica desde casa puede ser determinante para el futuro de nuestros hijos.

En Áleph, entendemos la literacidad como un conjunto de prácticas sociales que incluyen eventos mediados por textos escritos asociados a distintos contextos de la vida de las personas. En estas prácticas, el proceso de enseñanza-aprendizaje es fundamental. El significado que adquieren los encuentros con la lectura y escritura, nos acercan al mundo de la fantasía y nos permiten ser funcionales en el mundo real, elementos que nos sumergen en la cultura.

La literacidad también incluye un conjunto de habilidades cognitivas que tienen que ser aprendidas. Una vez que nos apropiamos de estas, pueden ser utilizadas en cualquier contexto para comprender el mundo que nos rodea y a nosotros mismos, así como responder a demandas y actividades sociales cotidianas.

A continuación, brindamos algunas estrategias a realizar en casa para desarrollar la literacidad en los niños.

Crear un ambiente de lectura en casa
La lectura debe ser una actividad cotidiana, familiar, cercana y placentera en el hogar. Para que así sea, se recomienda crear un espacio acogedor para leer o un momento específico, la hora del cuento antes de ir a dormir suele volverse un tiempo mágico y de mucha expectativa. Además, es vital que los hijos vean a sus padres u otros miembros de la familia, disfrutar de la lectura, y animar a toda la familia a participar. Esto no solo aumenta el amor por la lectura, sino que propicia otros espacios para la conversación y el intercambio en la familia. Y, por supuesto, mejora el vocabulario y la comprensión lectora.
Fomentar la escritura creativa
Algo que se suele pasar por alto es la enorme utilidad de proporcionar a los niños oportunidades para crear y escribir historias, poemas, o incluso mantener un diario. Esta actividad ayuda a mejorar las habilidades de escritura a la vez que compromete a los niños con lo que escriben, de manera que deja de parecerles algo tedioso o aburrido. Asimismo, estimula la creatividad, y la imaginación y las posibilidades de expresión, así como refuerza el pensamiento crítico.
Leer juntos
La lectura compartida nos permite aprender a escuchar y a leer en voz alta. Cuando los niños recién están aprendiendo a leer, pueden turnarse entre los distintos miembros de la familia (una página, un párrafo, una oración). Si se percibe un error, los padres podemos releer para hacerlo evidente, con delicadeza, y celebrar sus logros para aumentar su confianza.
Juegos verbales
Las canciones, adivinanzas, poesías, jitanjáforas, el “Tuti fruti”, el “ahorcado”, entre otros juegos y actividades, que se soportan en el lenguaje, permiten ampliar el vocabulario, entender la versatilidad del lenguaje y descubrir el sentido lúdico de la lectura y escritura. Además, se pueden realizar inclusive en los trayectos largos de transporte.
Incorporar la lectura y escritura en la cotidianidad
Con un poco de creatividad, puede ser muy sencillo usar las experiencias cotidianas como oportunidades para practicar estas habilidades. Por ejemplo, escribir la lista de las compras del supermercado o que el niño lea las recetas mientras cocinan en familia, dejar mensajes en el refrigerador, hacer una tarjeta de cumpleaños para algún miembro de la familia, entre otras acciones permite integrar la lectura y escritura a la rutina familiar.

Utilizar estas estrategias en casa es un gran complemento para el desarrollo de la literacidad. Ahora, es muy importante recordar que cada niño es diferente y aprenderá a su propio ritmo. No importa cómo decidas abordar el desarrollo de estas habilidades, lo más importante es ser paciente y alentar a tu hijo en cada paso del camino.